Fui al Yunque y me arrepentí de no haber hecho este viajecito antes. Es la segunda vez que voy, pero la primera vez que intento llegar al tope de la montaña. Me crié en las costas del oeste y no soy muy de campo que digamos. Es como entrar a otro mundo, uno más pasivo y místico no como el de la ciudad ruidoso y de prisa, este bosque está lleno de mil variedades de verde y de coquies cantando a las 12 del mediodía. No voy a presumir, me rajé a mitad de camino, ya llevaba 45 minutos caminando y no di para más, en cambio aproveché un gazebo para descansar, refrescarme y disfrutar de la naturaleza hablando. Alvin Alexis y Alvin Edgardo, si lo lograron y se lo disfrutaron. Alexis aprovechó y hasta en la cascada la Coca se metió.
Hace 1 semana