Dicen que soñar no cuesta nada, difiero un poco. Soñar cuesta y cuesta mucho. Cuando miro todos mis sueños hechos realidad paso lista sobre el trabajo que me han costado. Los sueños te engrandecen el alma, te dan satisfacción y te impulsan a seguir. El nuevo año siempre motiva a los individuos a replantearse resoluciones inconclusas y nuevos proyectos. Siento esa energía, es vibrante y arrolladora. Sé que me van a costar trabajo, pero los sueños me invaden y me inundan con su fuerza. Probablemente terminaré agotada y sin fuerzas, pero muy satisfecha. Bienvenido 2009, con todas las riquezas y miserias. Me preparo para lo bueno que tienes que ofrecer.
Hace 1 semana
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