-No quiero ir a la escuela, tengo dolor de cabeza.- Decía Robertito la mañana del lunes.
Ya que el viernes en la tarde, sus padres habían recibido sendas cartas firmadas por el Secretario del Trabajo, donde se les anunciaba el cese de sus respectivos empleos. Un manto de pesadez y llanto cubre ese hogar desde entonces. Robertito al igual que muchos compañeros estudiantes del sistema público y privado del país viven en carne propia las consecuencias de que sus progenitores estén desempleados. Las preocupaciones no tienen límite, las responsabilidades económicas de los padres se ven comprometidas y la estabilidad emocional de nuestros chicos también.
¿Cuál es la función del maestro en un momento de crisis como este? ¿Cómo trabajar con el estrés de los más chicos? ¿Cómo ayudarlos a entender los sentimientos de pérdida que enfrentan?
Es en este momento donde los educadores debemos tratar el asunto con todo el profesionalismo que nos caracteriza. Sería bueno apartar y planificar el inicio de la clase para reflexionar sobre el problema que nos aflige y dejar que sean los estudiantes los que aporten con ideas o hagan investigación sobre soluciones para afrontar sus emociones. Seamos bálsamo y ayudémosle a sobrellevar la situación. La ansiedad produce sentimientos de angustia, miedo o intranquilidad. Si no se atienden pueden disminuir la calidad de vida del niño de manera significativa.
Encontré algunas buenas ideas para llevar la discusión en la sala de clases. Consúltalas para facilitar el proceso.
http://www.ericdigests.org/2003-4/pequenos.html
http://www.unidosporlafamilia.org/2008/10/10/manejo-del-estres-infantil/
http://www.ericdigests.org/2003-4/pequenos.html
http://www.unidosporlafamilia.org/2008/10/10/manejo-del-estres-infantil/
De seguro que los chicos terminaran dándonos aliento y esperanza a nosotros.
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